Don HERNANDO DE SANTA
GADEA, burgalés, aparece como Caballero conquistador en Gran Canaria,
procedente de Lanzarote, formando parte de las tropas de Pedro de Vera. Como
todos los conquistadores, Hernando de Santa Gadea recibió amplios
repartimientos, incrementando sus posesiones con posteriores compras a otros
conquistadores, entre las que destacan las adquiridas en Arucas. Tal fue el
impulso dado a su fortuna y a sus ingenios azucareros de Arucas, que pudo muy
pronto figurar como una de las fortunas más importantes de la Isla. Su nieta
llamada Sofía de Santa Gadea, su única descendencia, se casó muy pronto con
Pedro Cerón, hijo del gobernador de Gran Canaria, Martín Hernández Cerón.
Don PEDRO CERON Y PONCE
DE LEÓN, Capitán General de la isla y Caballero de Santiago, no sólo era hijo
del Gobernador de Gran Canaria, sino que descendía por línea directa del famoso
Infante Don Juan Manuel, el célebre autor del Conde Lucanor. Cerón, apoyado en
la colosal fortuna de su esposa, tuvo a su alcance, junto a su pericia
castrense, los medios económicos suficientes para financiar el equipamiento de
un pequeño ejército regular. Su conocimiento de la guerra y la preparación de
sus tropas impidieron que los franceses tomaran Gran Canaria en las diversas
ocasiones durante el siglo XVI. En 1572, funda el Mayorazgo de Arucas, al que
incorpora entre otros bienes la "Hacienda de Arucas", como se le
denominaba en los documentos de la época.
El matrimonio no tiene descendencia y sus herederos, italianos y muy nobles,
herederos del Marquesado de la Fuente y del Condado de Benazusa, emparentados
con los Talenti de Florencia, con los Decuriones de la ciudad de Milán, algunos
de estos poseedores del Mayorazgo con altos cargos, como el de Embajador de S. M.
Católica ante la Serenísima República de Venecia... no residieron, sin embargo,
en Arucas, dividieron y vendieron.
El MARQUES DEL BUEN SUCESO, Don Bartolomé Francisco Hernández Naranjo y Nieto,
hijo del licenciado Don Francisco Hernández de Naranjo emigrado a Venezuela y
abogado de los Reales Consejos y Cancillerías de Santo Domingo y Caracas. Tuvo
como única obsesión acumular dinero para retornar a los viejos lares convertido
en prócer y alcanzar un título de Castilla. Deslumbrado por la nombradía e importancia
del mayorazgo de Arucas puso su mirada sobre el mismo decidido a integrarlo en
su patrimonio. La más importante adquisición de bienes fue la importante
Hacienda del Buen Suceso –que había de dar nombre al título nobiliario. Se
presentó en la corte a reñir batalla para el logro de tan difícil objetivo.
Nada le va a arredrar en su empeño hasta salir airoso tras vencer poderosos
obstáculos. Se presentó con una Alegación de Méritos ante la Cámara de Indias,
en solicitud de título nobiliario. En el escrito resumía su vida y servicios e
hizo entrega de 6.000 pesos (para ocurrir a las urgencias de la Corona) 4.000
situados en la Tesorería general y 2.000 en la Depositaría del Consejo de
Indias.
Su heredero, el segundo Marqués del Buen Suceso, se estableció en Jerez de la
Frontera, patria chica de su esposa, desarraigándose por completo de las islas
al igual que el resto de sus herederos, establecidos todos en Andalucía.
Don BRUNO GONZÁLEZ CASTELLANO, Alcalde de Arucas, a raíz de la ley
desamortizadora de Madoz adquiere la mitad del Mayorazgo de Arucas en 1859,
quedándose con la otra mitad D. Alfonso Gourié Álvarez. Ante la demanda de los
consumidores peninsulares y europeos al extenderse el uso del café, el té y
otros estimulantes que necesitaban edulcorantes, entre ambos crean un emporio
azucarero en segundo ciclo, cuyo auge agrícola e industrial hizo rebrotar la
ciudad de Arucas. Nace así una de las empresas de transformación agrícola más
importantes de Canarias, la fábrica de ron llamada Fábrica de Azúcar de San
Pedro (1883). La fábrica se instaló en lo que fue la Era del Mayorazgo, ahora
llamada de San Pedro, donde se edificó una casa de labranza a caballo de las
dos principales fincas de D. Alfonso Gourié y D. Bruno González Castellano. Sin
embargo el futuro del azúcar se ensombrecía en Canarias por las dificultades
que ponía el Gobierno español a su entrada en el mercado peninsular, a pesar de
las gestiones de las autoridades locales y al inicial apoyo del ministro y
patricio canario Fernando León y Castillo, embajador de España en París.
El MARQUES DE ARUCAS, Don Ramón Madan y Uriondo Cambreleng y Duggi, Comandante
de Infantería, ostentó la última dignidad nobiliaria concedida, hasta hoy, en
la provincia de Las Palmas. Se casó con Doña María del Rosario González y
Fernández del Campo (única heredera de Don Bruno González Castellano). Gran
Cruz del Mérito Agrícola, fue un gran empresario agrícola que introdujo el
cultivo del plátano en las primeras décadas del siglo XX, convirtiéndose en una
gran fuente de ingresos para la ciudad. También Cooperó en la construcción del
templo neogótico de Arucas, conocido como «La Catedral». Por todo ello, el
Ayuntamiento de Arucas solicitó del Rey Don Alfonso XIII el título de Marqués,
con la denominación de aquella ciudad, para este destacado patricio. Y el
Soberano, accediendo a la solicitud popular, por Real Decreto de 16 de marzo de
1911, Y Real Despacho de 29 de abril de ese mismo año, concedió a este
caballero el título de Marqués de Arucas.
Extraído de la página
web del Hotel Rural La Hacienda del Buen Suceso.